La dirigencia del peronismo observa con mucho interés cada movimiento de las principales figuras del oficialismo. La agenda política de la semana, que había estado en suspenso por la ausencia del gobernador, Osvaldo Jaldo, y el fallecimiento del Papa Francisco, se retomó en los últimos días.

El tranqueño volvió y, como es habitual, remeció el ambiente con declaraciones, gestos y reuniones. Entre los más trascendentes desde el punto de vista político estuvieron los encuentros que mantuvo con el vicegobernador Miguel Acevedo, la intendenta capitalina Rossana Chahla y con un grupo de ex jefes municipales de distintos municipios y las críticas al diputado radical Roberto Sánchez.

Como figura de protagonismo excluyente, el jefe del oficialismo viene marcando el paso en el año electoral en general y tratando de resolver dos cuestiones particulares vinculadas con lo que viene: las candidaturas para la Cámara de Diputados de su espacio y el marcar una relativa distancia con sus aliados institucionales de la Rosada. Y ninguna de las dos son empresas sencillas.

El desarrollo de hoy tiene que ver con la primera. El problema de las candidaturas no es menor en un proyecto político que pretende cimentarse y proyectarse. Los objetivos en la Casa de Gobierno son claros: ganar las elecciones por una diferencia sustancial; que todo el peronismo oficialista trabaje para esa victoria; que la interna del PJ no incida de manera significativa; que la oposición llegue -y quede- desmembrada; que los candidatos libertarios no levanten vuelo y que se sienten las bases para poder repetir gestión después de 2027.

Por la unidad del PJ: Jaldo cierra filas con Acevedo y con Chahla

En el jaldismo y sus alrededores hay sectores que consideran que los apellidos mejor posicionados tienen que estar en la lista. Mucho se habló sobre las postulaciones de las tres figuras mejor rankeadas en la mayoría de las encuestas: Jaldo, Chahla y Acevedo. Hay quienes se entusiasman, inclusive, con que estén los tres y con que esto disuelva los inconvenientes ¿Es posible? En política todo lo es. Pero hay algunos condicionamientos que hoy dificultan mucho las posibilidades de esta formación.

Jaldo analizó ser candidato suplente desde que comenzaron a soplar los primeros vientos electorales. La idea cerraba por todos lados: el conductor, con buena imagen y con posibilidad constitucional de ser reelecto, puede traccionar los votos de cualquier conformación. En el medio, sin embargo, cambiaron las reglas electorales. En las boletas únicas de papel, los apellidos de los suplentes ni figuran ¿Y de titular? Evalúan que sería una jugada bastante más arriesgada, sobre todo, porque el mandatario viene planteando que quiere hacer las cosas de manera distinta y porque sabe que el electorado no vería con buenos ojos una testimonial. Sobre todo, esos nuevos votantes por fuera del peronismo a los que quiere llegar.

Jaldo considera que hay que cuidar el proyecto político y medirá el desempeño de los principales dirigentes. Habría advertido que el lunes siguiente a los comicios analizará resultados por circuito y pasará las facturas correspondientes. “Jaldo no es Juan Manzur, a Jaldo le importa mucho que absolutamente todos rindan bien y habrá pedidos de explicaciones”, dijo un dirigente de experiencia. Por ello, el gobernador apunta a cerrar filas con Chahla y Acevedo, pero también con el resto de la dirigencia institucional y no institucional. La cita con los ex intendentes tiene que ver precisamente con eso.

Trascendió que la intención original del jaldismo era que Chahla y Acevedo fuesen postulantes. Ambos son emergentes del peronismo. Si bien provienen del manzurismo, están construyendo sus propios caminos y vienen trabajando sin sobresaltos en sus puestos.

La intendenta ocupa el espacio de poder más importante detrás del gobernador. Los dirigentes del PJ, que antes la miraban con desconfianza, resaltan ahora la buena imagen, la gestión y el temperamento de la ex ministra de Salud. Chahla, sin embargo, fue tajante al rechazar públicamente ser candidata testimonial. Es poco probable que eso cambie, dicen en los pasillos de la Municipalidad.

Jaldo y Chahla mantienen una relación cordial. Naturalmente se miden el uno al otro, pero saben que se necesitan. La próxima semana los gabinetes de la Ciudad y de la Provincia tendrán una jornada de trabajo conjunto. El gesto se da en medio de algunas turbulencias.

De acuerdo con fuentes de ambas partes, los roces tendrían que ver más con rencillas y con teléfonos descompuestos entre funcionarios de las administraciones que con diferencias entre las cabezas.

Los últimos puntos de controversia tuvieron que ver con la licitación para el manejo de los residuos del Consorcio Metropolitano; con el transporte público y con alguna deuda adquirida por el alfarismo que la Provincia estaría cobrando. “El peronismo tucumano se acostumbró a gobernar sin la Capital y poder aceitar dos gestiones es muy importante”, interpretó un referente del justicialismo capitalino. También habría alguna molestia entre algunos de los concejales del PJ, que no consideran que haya fluidez en el vínculo con el Departamento Ejecutivo. En 9 de Julio y Lavalle, en cambio, consideran que la relación está en óptimas condiciones.

En cuanto a Acevedo, el presidente de la Cámara viene creciendo. Se puso a la cabeza de la reforma electoral y política y mantiene los ánimos controlados en el Legislativo. En el bloque mayoritario, precisamente, es donde brotó la línea antimileísta y no jaldista.

Acevedo sería una figura que resolvería la situación, repiten en el PJ. Primero, porque está poco desgastada y segundo, porque los legisladores de la vertiente alternativa lo respetan y podrían encolumnarse eventualmente detrás suyo. Pero el vice tampoco quiere postularse, por más que el operativo “seducción” está a pleno ¿Puede ceder? Hay quienes creen que sí y otros que aseguran que no.

Las alineaciones no parecen cumplirse a rajatabla como en otras épocas, cuando los gobernadores directamente informaban quiénes serían los postulantes y el resto, acataba. El escenario en tiempos de Milei es diferente. Ni Chahla y Acevedo parecen ser adeptos a la subordinación ciega. “Aunque van a acompañar en las elecciones, ellos conservan su individualidad”, observó un legislador que tiene buen diálogo con todos los sectores.

Disidentes

En el desgaje del PJ siguen dando forma al espacio y viendo cómo avanza el partido en el ámbito nacional. Están a la espera de que el Congreso partidario que se suspendió por la muerte del Papa tenga nueva fecha. Esperan que sea dentro de 15 días y que puedan obtener de allí precisiones sobre cuál será la estrategia que propondrá Cristina Fernández para el año electoral.

Subrayan que la intervención del PJ local sigue siendo una posibilidad. Los congresales del jaldismo estaban listos para rechazar las intervención en las otras provincias y resistir la del distrito si es que se planteaba fuera del orden del día.

En la línea no jaldista, encabezada por el diputado Pablo Yedlin y el legislador Javier Noguera, plantearían que la interna no sería del todo adecuada porque ellos no se someterían a las reglas de un PJ “manejado por el jaldismo” ni tampoco quieren lugares en esa lista. La discusión no es esa: argumentan que las diferencias son ideológicas y de posicionamiento en relación a la Nación. Tienen previsto reunirse esta semana con el senador Juan Manzur, que llegaría mañana a la provincia tras un viaje al exterior.

En este panorama, ¿es posible una lista con Jaldo-Chahla-Acevedo en el PJ? Hay consultados que responden que es “imposible” y otros que no descartan del todo que alguno pueda estar en la boleta. Los tiempos de definiciones aún no llegaron.

Las decisiones tampoco están en la oposición.

La cuestión Sánchez

En su primer contacto con la prensa tras su licencia, Jaldo criticó al diputado Sánchez. El radical cosecha avales por estos días para emerger como el candidato del espacio que reuniría los vestigios del ex Juntos por el Cambio.

¿Por qué Jaldo lo hizo? El gobernador elige el oponente de su lista. “Es el abecé de la campaña. Levanta uno en detrimento de otro”, dicen en el Ejecutivo.Y ese otro es La Libertad Avanza (LLA). Al intentar provincializar la puja electoral, el mandatario apuntaría a licuar una posible polarización con LLA.

Jaldo lleva la campaña política a una nueva fase

La construcción de esta nueva alianza heterogénea que podría llevar a Sánchez a la cabeza no es del todo fácil. Aún no han podido cerrar con el camperismo. Si bien Sánchez y su par Mariano Campero trabajan juntos desde hace años, hay puntos de desacuerdo. El yerbabuenense es uno de los radicales “con peluca” y por estos días concentra sus esfuerzos en el plano nacional. El ex intendente sentiría que no le debe nada a nadie, porque siempre fue resistido dentro del radicalismo, y se tomaría su tiempo para definir una postura. Campero no estaría dispuesto a pelearse con el Gobierno nacional para avalar un candidato local y acordar la tónica de la campaña sería clave.